A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y A LA OPINIÓN PÚBLICA EN GENERAL

Le informamos a los medios de comunicación y a la comunidad en general que hemos realizado un conjunto de acciones políticas, ideológicas y militares en zonas urbanas del Eje Cafetero, particularmente, en puntos estratégicos de las ciudades que hacen parte de la Región Centro Occidental de Colombia. Nuestras acciones se llevaron a cabo con un propósito central: manifestarnos, una vez más, en contra del Estado Colombiano y de sus fuerzas militares que defienden, por orden del gobierno nacional, la desigualdad, la miseria y la injusticia social.
EL despliegue militar de los últimos días, lleva implícita la visibilización de nuestra organización político-militar en las ciudades del Centro Occidente de Colombia. Queremos recordarle a las fuerzas del Estado que estamos aquí en la región, que nuestros militantes son también hombres y mujeres de estas tierras que perseguimos la materialización de la Nueva Colombia: un país incluyente que luche incansablemente por el bienestar de las mayorías. Es por esto que nuestra estrategia político-militar no se limita a la lucha armada en el campo colombiano, las ciudades son hoy, también, fortín de nuestra resistencia como pueblo en armas. Es así que las acciones que hoy nos atribuimos son las primeras de este año 2010 en las ciudades del Eje Cafetero, pero no son las últimas, hacen parte de nuestra estrategia político-militar para menguar las fuerzas del Estado en las zonas urbanas. Las FARC estamos hoy más fuertes y vigentes que nunca. La región Eje Cafetero es uno de nuestras mayores trincheras y no vamos a descansar hasta lograr nuestro propósito de socavar las estructuras económicas y políticas de la sociedad colombiana. Nuestro agenciamiento político se enruta a un país que sea garante de condiciones óptimas de vida para los colombianos, lo cual supone un Estado orientado a la satisfacciones de las necesidades de su población en lo concerniente a alimentación, salud, educación, vivienda etc., y nunca un Estado representante de los intereses de un minoría, que es capaz de asesinar sistemáticamente a sus gentes por atreverse a evidenciar sus contradicciones e injusticias.
Así mismo, le reiteramos a los medios de comunicación y a la comunidad en general que nuestro propósito con las acciones realizadas no fue, de ningún modo, realizar un atentado en contra de la población civil. Nuestro propósito es, y será siempre, la lucha por la preservación de la vida de los hombres y mujeres de Colombia, el afán de garantizarles condiciones dignas de existencia. Es por esto que insistimos en que las FARC-EP somos Ejército del Pueblo, a él nos debemos, por él estamos conformados y a él le rendimos cuentas por nuestras acciones. El Eje Cafetero hace parte de nuestro accionar porque las problemáticas regionales están ancladas al manejo que desde el gobierno nacional se le ha dado a este país. En las filas de las FARC nos encontramos ciudadanos de esta región que encontramos en la organización insurgente la forma legítima de resistir ante las opresiones del régimen. Es así que hoy, desde el campo y desde la ciudad, estamos resistiendo contra la pobreza, contra la desigualdad económica y social, contra las políticas implementadas por el gobierno para beneficio de unos pocos y en detrimento de la calidad de vida de la mayoría de colombianos.
Las empresas de nuestra región son “campeonas en competitividad”, afirma orgullosamente el presidente de la República Álvaro Uribe Vélez, tenemos para decirle que aquí en el Eje Cafetero, por citar sólo algunas cosas, somos también campeones en desempleo, lo cual implica, necesariamente, ser campeones en pobreza. Además de esto, estamos punteando a nivel nacional en violación a los Derechos Humanos, en asesinatos por limpieza social, como consecuencia del accionar de los grupos paramilitares que todavía anidan en la región. No es cierto que los grupos de limpieza social de nuestras ciudades del Eje Cafetero sean remanentes de un exitoso proceso de desmovilización de los paramilitares, defensores del status quo, es decir, de la clase política dirigente de este país. Actualmente nos seguimos enfrentado a una estructura paramilitar que tiene fuertes nichos en nuestra región, la misma que opera en complicidad con las fuerzas militares del Estado para producir los perversos falsos positivos, en los cuales nuestras ciudades del Eje Cafetero han puesto ya decenas de muertos..
Finalmente, le exigimos a los medios de comunicación la difusión sin tergiversaciones de este comunicado, dado que aquí se recogen nuestras principales pretensiones con las acciones de los últimos días. Dentro de la supuesta democracia, formalmente condensada en la Constitución Nacional, está establecido que los ciudadanos colombianos tenemos derecho a recibir una información veraz y objetiva frente a los asuntos que son de competencia pública, es por esto que reclamamos la presencia de nuestra versión en la información que se emite en torno a los sucesos nacionales y regionales. Nosotros somos también habitantes de este país, de estas montañas, de estas ciudades, de estas calles, y es por esto que la opinión pública no debe tener acceso solamente al relato manoseado de los hechos, construido, escrito, registrado y editado por los medios hegemónicos, representantes de los intereses de las élites económicas y políticas que tradicionalmente han estado en poder del Estado. Las FARC- EP representamos la opción de país de un gran porcentaje de colombianos, es por esto que exigimos nuestro legítimo posicionamiento en los medios masivos de comunicación como sujetos de enunciación de una versión diferente de Colombia, para nosotros más cercana a la necesidades y demandas de la población colombiana.
Invitamos, entonces, a los medios de comunicación, a los movimientos sociales, a las diferentes organizaciones políticas y, en general, a los hombres y las mujeres que habitamos estas tierras, a saludar y acoger con beneplácito las acciones militares llevadas a cabo por este pueblo en armas con el fin de avanzar en las transformaciones hacia la Nueva Colombia.

Partido Comunista Clandestino de Colombia PCCC
Frente Urbano y Rural Jacobo Arenas.
FARC-Ejercito del pueblo
Calles y montañas del eje Cafetero

Briceño le responde a Padilla

Carta abierta



Señor:



Freddy Padilla de León.



Compatriota:



Escuché atentamente su alocución radial del día 21 de enero 2010 que me pareció inspirada más con fines de propaganda, de perdona vidas y de guerra psicológica, que en sincero ánimo reconciliatorio y de grandeza, invitándome a la entrega y a la rendición.



No es pionero usted en este tipo de "invitaciones". Nuestro insigne Comandante Manuel Marulanda Vélez, solía relatarnos cómo en los comienzos de esta lucha por la liberación de nuestro pueblo, el general Álvaro Valencia Tovar también acostumbraba dirigir mensajes de ese mismo tenor al Comandante Ciro Trujillo, incluso ofreciéndole dinero a modo de soborno, a tiempo que se concentraban las tropas, se estrechaba el anillo y se afinaban los mecanismos para dar comienzo a la agresión contra la población civil de las regiones de Marquetalia y Riochiquito, dentro del diseño del Plan LASO y en el medio de una situación política en que las Fuerzas Militares iniciaban su carrera como instrumento clasista de represión al servicio de los latifundistas para despojar de la tierra a los campesinos.



Qué poco nos conoce usted señor Padilla de León: con toda sinceridad, sin odios ni resentimientos y con el respeto que todo revolucionario profesa por sus adversarios, le respondo: No, muchas gracias, general.



En las FARC no tenemos alma de traidores, sino de patriotas y de revolucionarios.



Hemos luchado y continuaremos haciéndolo, con valor, entrega y sacrificio por derrocar este régimen podrido de las oligarquías y construir otro orden social, o por alcanzar acuerdos que ayuden a construir una patria en donde quepamos todos.



Jamás hemos proclamado el principio de la guerra por la guerra, ni asumido esta lucha como algo personal, ya que nuestros objetivos son los de lograr cambios profundos en la estructura social de Colombia, que por fin tengan en cuenta los intereses de las mayorías nacionales y de los sectores populares y que conduzcan al desmonte del actual régimen político criminal, oligárquico, corrupto, excluyente e injusto, como está consignado en nuestra Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia.



Con la honestidad que corresponde a nuestro compromiso con el cambio social y la lealtad que le debemos a nuestro pueblo, le aseguramos, que no vamos a desistir después de más de 40 años de lucha, ni a aceptar una falsa paz. No traicionaremos los sueños de justicia de la Colombia que clama por la paz con justicia social, ni la memoria de los miles de muertos, ni a las víctimas de las innumerables tragedias que ha ocasionado esta cruenta guerra, declarada por la oligarquía al pueblo desde hace más de 50 años.



Colombia necesita encontrar los caminos que conduzcan a poner fin a esta guerra entre hermanos, senderos de reconciliación que nos lleven a Acuerdos de Paz. Pero no será a través de una paz falsa donde una minoría oligárquica continúa acaparando todas las riquezas, a tiempo que las grandes mayorías nacionales quedan aplastadas por el peso de la pobreza, el terror militarista, la miseria y la degradación moral de una clase dirigente corrupta hasta los tuétanos, el camino más seguro para alcanzar la reconstrucción de la patria y la reconciliación de los colombianos.



Una paz entendida como rendición o entrega es una fantasía de la oligarquía y solo sería un crimen de lesa traición al pueblo y a sus históricos anhelos por alcanzar, al fin, la justicia social para todos.



Acuerdos de paz sí, pero, el punto cardinal es: ¿con o sin cambios estructurales en lo político y social?



¿Mas Democracia o mas autoritarismo y más represión y arrodillamiento al imperio?



Lo invitamos a reflexionar sobre estas serenas palabras plenas de sensatez y actualidad, contenidas en el mensaje que dirigió el comandante Manuel Marulanda Vélez a los miembros de las Fuerzas Militares:



"El futuro de Colombia no puede ser el de guerra indefinida, ni el de expoliación de las riquezas de la patria, ni puede continuar la vergonzosa entrega de nuestra soberanía a la voracidad de las políticas imperiales del gobierno de los Estados Unidos; nosotros estamos en mora de sentarnos a conversar en serio para dirimir nuestras diferencias, mediante el intercambio civilizado de opiniones hacia la solución definitiva de las causas políticas, económicas y sociales generadoras del conflicto interno, para bien de las futuras generaciones de compatriotas ".



Hoy, queremos compartir este razonamiento con usted y también, como siempre, con los sargentos, los cabos, los tenientes, capitanes y coroneles, y con todos los hombres de experiencia que ponen el pecho en los combates, pero que a pesar de ello, les está vedado ascender a la oficialidad por su origen social, su color de piel o su raza.



Le recuerdo general, que el paso por la milicia en defensa de intereses extranjeros u oligárquicos que hacen algunos de ustedes, así sea prolongado en el tiempo, es efímero, y que pronto será usted llamado calificar servicios, y de seguro el pueblo o la justicia internacional, le irá a reclamar su responsabilidad como comandante de las Fuerzas Militares en los crímenes de lesa humanidad contra nuestro pueblo, hipócritamente llamados "falsos positivos" o, en su papel como jefe en un tiempo de la nefasta XX Brigada de "inteligencia y contra inteligencia" (B I N C I), de tan ingrata recordación para los colombianos, así como el florecimiento y extensión del paramilitarismo tras su paso por la comandancia de la Segunda División del ejército, al lado del hoy presidiario general Iván Ramírez.



Hemos hecho reiterados llamamientos a todos los patriotas y demócratas de Colombia, a intercambiar sobre estos temas para impedir el establecimiento perpetuo en nuestra patria de una dictadura o un gobierno totalitario y despótico.



Hoy las FARC queremos invitar a todos los militares e integrantes de la Fuerza Pública a retomar el camino de defensa de la soberanía patria, a trabajar por la formación de un ejército bolivariano patriótico, que no vuelva las armas contra sus conciudadanos, integrado a las luchas populares, y que trabaje en beneficio de alcanzar la paz, a la vez que por el intercambio humanitario y para a continuar la obra que dejó sin culminar el Libertador Simón Bolívar, para que Colombia no vuelva a sufrir jamás la afrenta de ver a los soldados que usted comanda, sumisos y despojados de sus armas, para ser revisadas por los representantes del ejército de la potencia extranjera que nos avasalla, como ocurrió en pasada visita del presidente Bush.



Compatriota,

Jorge Suárez Briceño.

Integrante del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC EP.



Montañas de Colombia, enero de 2010

fuente: anncol.eu