Comuna 13, Resiste...

Por Martín
Partido Comunista Clandestino Colombiano/
Regional Henry Ruiz/
Frente Urbano y Rural Jacobo Arenas/FARC-EP
ABP/08/08/2008

Lo que sucedió en la Comuna 13 de Medellín hace ya seis años, es el ejemplo más fehaciente de la Política de dominación basada en el Terror desarrollada por parte de Estado Colombiano. Ejército, Policía, paramilitares, Fiscalía, y demás aparatos represivos del Estado desarrollaron descomunal operativo, en los que ametrallaron, detuvieron, allanaron y masacraron a los habitantes de estos barrios populares de Medellín.

Habitada por más de 130.000 personas y compuesta por barrios como las Independencias 1, 2 y 3, El Salado, 20 de Julio, Nuevos Conquistadores, La Torre, La Divisa y muchos otros al occidente de la ciudad, fue escenario hace seis años de la aplicación, una vez más, del Terrorismo de Estado como una política que busca el exterminio del movimiento social y popular y a la que no importa violar sistemáticamente los derechos humanos.

Erróneamente los medios de alienación masiva RCN y CARACOL - al fin y al cabo, los cancerberos de este Estado fascista- han sostenido que estas “operaciones” estuvieron dirigidas contra las Milicias y los paramilitares, pero, ¿Por qué en el desarrollo de las operaciones no hubo ningún paramilitar detenido, herido o muerto? La realidad no engaña y la historia lo demuestra. Los paramilitares siempre han sido parte de una Política de Terrorismo de Estado y por tanto brazo del Ejército oficial. Es entonces absolutamente ridículo y mentiroso sostener que la “confrontación” en la comuna 13 se generó entre la guerrilla y los paramilitares. Por el contrario. Son las fuerzas militares del Estado en su conjunto (militares y paramilitares) las que en todo momento dispararon indiscriminadamente, ni siquiera en contra de las milicias que resistían allí, sino contra las humildes viviendas y la población de la Comuna 13; de allí que sea el gobierno autoritario del paramilitar Uribe Vélez el responsable de esta horrible masacre que los medios de comunicación, desde ese mismo momento hasta hoy, se han encargado de esconder.

Y es que esta guerra que vivimos no fue pedida por el pueblo colombiano. Mucho antes de que existieran las actuales organizaciones insurgentes, cuando ni siquiera había nacido la guerrilla revolucionaria de las FARC –EP, ya nuestro pueblo era masacrado, expoliado y vivía entre la pobreza y la miseria. Ya existía el intervencionismo gringo en los destinos de la nación. De modo que la confrontación armada es producto de la testarudez, avaricia e intolerancia centenaria de los ricos del país, de los pocos, de la oligarquía nacional. La guerra no es culpa de las FARC-EP, no es culpa de la guerrilla. Por el contrario, todas estas condiciones que fueron impuestas contra nuestra voluntad, pisoteando la dignidad de los colombianos, generaron una respuesta: la resistencia popular. ¿Acaso no es justo que un pueblo se rebele contra el maltrato y la explotación descarnada?

La FARC-EP como organización revolucionaria de oposición político-militar al régimen, con profundas raíces en el pueblo, ha crecido y se ha consolidado a lo largo de la geografía nacional, tanto en el área rural como urbana. Ella nunca ha escondido sus propósitos revolucionarios, todos encaminados a lograr el bienestar popular y la justicia social.
A los largo de su historia, las FARC –EP ha insistido en una salida diferente a la armada, encontrando SIEMPRE la testarudez de un Estado represor y de una 'clase política' violenta que ha cerrado cualquier oportunidad de una salida distinta a la guerra. De allí que como revolucionarios, que de un modo u otro luchan por lograr las transformaciones sociales para nuestro pueblo, no se hayan detenido ni un solo instante en avanzar hacia el poder político por la vía revolucionaria, que permita realizar los cambios sociales que finalmente traigan paz duradera para todos, fundada en la justicia social. Eso lo saben todos los colombianos.

Sin embargo, el enemigo del PUEBLO, la oligarquía, ha continuado su arremetida contra la población, de forma cada vez más violenta y descarada. Es así como ha hecho del fascismo su política oficial: el uso sistemático del terror, ejecutado por su brazo militar y paramilitar.
Tal cual quedo demostrado en la Comuna 13 de Medellín. Si algo quedó claro con estos acontecimientos, es que no son las Milicias, que resistieron heroicamente allí, el problema fundamental para el Gobierno; el problema es que ante la situación de injusticia social, marginalidad y discriminación, las propias comunidades generaron procesos de organización y unidad popular para luchar por sus derechos, ganando conciencia y formación frente a lo que realmente representa este Estado represor, percatándose de que son los ricos del país y sus injustas políticas, los culpables de su situación.

El problema para el Estado Colombiano, es el PUEBLO; un El PUEBLO que Despertó y que en la Comuna, como en otras tantas trincheras de Colombia, ha resistido y resiste el terror del Estado criminal. Y allí no fueron las Milicias solamente las que resistieron y las que hoy resisten. En general son las esperanzas de un pueblo dispuesto a luchar por sus justos derechos las que se levantan al combate; las esperanzas de un pueblo valiente, de habitantes de la comuna 13, quienes padeciendo históricamente la represión y la barbarie, enfrentaron, así como hoy resisten, la barbarie del Estado criminal.

Son esos esfuerzos y esperanzas los que alimentaron el valor de cada Miliciano, de cada Compatriota, de cada habitante que hoy, después de SEIS años de terror paramilitar, se levantan contra el tirano burgués. Los esfuerzos y esperanzas de los Milicianos y Combatientes Bolivarianos, de las FARC- EP, y de otras expresiones del pueblo organizado como los CAP y el ELN, que junto a las FARC-EP resistieron y combatieron siempre de forma valiente y heroica. La comuna 13 es ejemplo de dignidad, valor, fortaleza y lucha insurreccional; el pueblo resiste y seguirá resistiendo, combatiendo, aunando cada vez más esfuerzos y esperanzas por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo.
Comuna 13, resiste...