Las fuerzas militares mas asesinas del mundo

Desde la 'Ley Heroica' hasta el día de hoy se demuestra que son los asesinos más despiadados del mundo que practican sistemáticamente el 'Terrorismo de Estado'.
ANNCOL

Se dice que las fuerzas militares son el aparataje que tiene el estado para imponerles sus políticas a los desafectos del poder. Que en nuestro caso los desafectos del poder son precisamente los pobres, el pueblo. Y que ese aparato militar no vacila lo más mínimo en aplicar toda la fuerza que tiene cuando los oligarcas que los mandan así lo deciden o lo necesitan para aplicarles sus políticas, políticas que siempre van en favor de los oligarcas que tienen el poder.

Así fue -y ha sido- desde el momento en que fue disuelto el ejército libertador de Simón Bolívar y conformadas las fuerzas militares de Santander que conocemos hoy (en esta parte histórica nos podrían dar una mano los investigadores sociales, cada uno desde su orilla, Alberto Pinzón Sáchez y Jesús Santrich).

Que en el siglo 20, más precisamente en 1928, estrena su ideología fascista con la Masacre de las Bananeras el 5 y 6 de diciembre, llevada a cabo por el general Carlos Cortés Vargas por orden de la United Fruit Company y el lacayo oligarca Abadía Méndez. Estaban poniendo en práctica la llamada 'Ley Heroica' del ministro de guerra, Ignacio Rengifo, la cual ya consideraba 'enemigos internos' a los trabajadores en huelga a quienes había que reprimir a 'sangre y fuego', como en efecto lo ejecutó Cortés Vargas produciendo un número no precisado de víctimas pero los trabajadores en huelga eran más de 30.000.

Estas fuerzas militares han sido imbuídas de cuanta doctrina fascista ha habido en boga en el mundo, aderezada con notables 'aportes' de la oligarquía colombiana. El accionar criminal de los militares ha sido notable y adquiere una justificante con las 'recomendaciones' de los asesores gringos que ya desde 1962 hablaban de comprometer al 'enemigo interno' en la lucha militar y la conformación de bandas 'para-militares'.

Los resultados de tal política están a la vista. Con la consiguiente utilización por parte de las fuerzas militares, en un principio, de los asesinos de las bandas de narcotraficantes a quienes se les da entrenamiento y estructura militar -después son llamados 'paramilitares'-, y posteriormente son los representantes de la 'clase política' oligárquica los que adelantan el contubernio impúdico militares-narcoparamilitares-políticos, en una amoral y terrorífica unidad orgánica. 147.000 víctimas del Terrorismo de Estado, cifras manejadas por el delegado de la OEA al 'proceso de paz' con los narco-paramilitares, Sergio Caramagna, es la cosecha sangrienta de los sátrapas. Más de 13.000 víctimas cosechadas por el régimen de Álvaro Uribe Vélez.

Esta cantidad de víctimas convierte a las fuerzas militares colombianas -militares y policía- en quizá la fuerza militar más asesina del mundo. Porque la aplicación de la violencia, del terror, de las masacres, desapariciones, asesinatos extrajudiciales, ha sido sistemático y consuetudinario desde la década de los 60. No hay otro caso en la historia mundial en el cual se aplique con tanta sevicia el asesinato de civiles inermes, desarmados, y las historias de los ajusticiamientos son realmente escabrosas.

Las víctimas son hijos del pueblo. Sindicalistas, políticos de izquierda, líderes campesinos, mujeres, niños, todos los que luchan son susceptibles del exterminio, todos son víctimas de la locura de la oligarquía y los militares que asesinan a su propio pueblo usando como excusa el desarrollo de una guerra fratricida que ellos mismos han desencadenado.

Del tratamiento sicopático y sociopático no se salvan ni siquiera los propios soldados de las fuerzas militares. Malos tratos fisicos y mentales, hasta sexuales, son el pan de cada día de las fuerzas militares. Nada más recordamos los casos de jóvenes que han muerto víctimas de la aplicación de programas de entrenamiento salvajes. Nada más recordemos las torturas y vejámenes sexuales a los soldados en entrenamiento en Honda (Tolima).

En el haber de las fuerzas militares están la creación de las monstruosas criaturas del 'asesino de la motosierra', de los 'Mochacabezas' que jugaban al futbol con la cabeza recién cortada de la víctima, y hoy día otra creación monstruosa: el reclutamiento de jóvenes en toda Colombia para llevarlos a algunas zonas y allí asesinarlos y presentarlos como 'guerrilleros dados de baja en combate', como se está denunciando por estos días.

Tal panorama sombrío, macabro, espeluznante, nos reafirma en el convencimiento de que las fuerzas militares colombianas son las fuerzas militares más asesinas del mundo. Y también en la necesidad de luchar todos juntos por la Nueva Colombia.



ALP

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